...... EL AMANTE DEL MINISTRO.............
9º..ENTREGA...
...... Crispulo Pallero Diaz......
A los pocos días después de lo que paso en la calle decidimos que necesitábamos un fin de semana para nosotros y nos marchamos a una casa de campo que tenia un amigo de jose luis (como ya comente jose luis es un nombre recogido al azar como podría haber cogido cualquier otro ..) bien era la casa de campo de un compañero de ministerio el cual sabia de su historia y también vivía una parecida lo cual nos comprendía bien ..
Salimos a la 7 de la mañana para poder aprovechar cada segundo de estos tres días .Este era un sueño, otro de sus sueños, yo lo sabía bien porque había experimentado la sensación innumerables veces a lo largo de estos meses, al llegar ya eran casi las diez de la mañana decidimos dar un paseo y disfrutar de el maravilloso día que casi acababa de nacer tan solo para nosotros dos ..
Su sonrisa se amplió ante las perspectivas de soñar, el podía hacer muchas cosas en este lugar en su mente, abrió completamente sus sentidos escuchó el trino de las aves y el susurro de los arboles juntos paseamos por el valle agarrados de la mano en momentos abrazados .
Había pequeños arbustos secos a los lados del camino y el sentido que sus palmas picaban, extendió sutilmente los dedos y acarició el aire suavemente, con gracia y delicadeza, mientras las ramas secas adquirían un color verde brillante y saludable. Sus pulmones se llenaron de aire frío cuando inspiró profundamente. Esa sensación de descarga energética le permitió conectarse con su entorno de forma peculiar, sus sentidos se abrían cada vez más y ahora podía sentir el latir de la vida en cada forma diminuta que recorría el suelo y en cada ser a su alrededor, sabiendo que nada importaba más allá de la libertad y el viento que acariciaba su piel y el tacto de mis manos despiertas ..
El conocía aquella sensación que le ponía la piel de gallina y le aceleraba el corazón.
Allí, en mitad aquel paraje helado, que yo encontraba extrañamente exótico, estaba el castillo de piedra pulida al que desde el sus maravillosas vistas eran todo un sueño . El terreno donde se encontraba el castillo era amplio, lo bastante como para que se construyeran varias casas a su alrededor y sin embargo tan solo estaba el castillo rodeado de jardines y en la parte trasera un enorme lote con caballos que de buena gana servían para mantener a raya la maleza.
La estructura del castillo quizá por antigua o por decisión de quién lo construyera poseía una apariencia de misterio de épocas remotas cuyas torres asemejaban la estructura de las antiguas murallas del imperio bizantino.
No obstante me sentía feliz e ilusionado de estar ay en esos momentos , alejado del ajetreo de la ciudad y abrigado en la ligera paz y el cobijo de lo que aún se podía considerar un pueblo pequeño.
Al otro lado del camino había extensos terrenos de plantaciones en los que desde hacía ya varios minutos se hallaban los campesinos en su faena, algunos recogiendo las bondades de la tierra y otros cegando el camino para sembrar nuevas plantas. Devolvimos los saludos que los alegres trabajadores nos dieron al pasar y continuamos nuestro camino dejando atrás el paraje que empezaba a fundirse a poco menos de cien metros con el asomo de la ciudad...
Poco después decidimos marchar para la casa aunque el sol brillaba hacia bastante frió necesitábamos una taza de café caliente y el abrigo de una buena chimenea ..La casa era bastante grande y bien situada tenia toda clase de comodidades ..habitaciones ..varios baños y un gran salón con inmensa cocina ,la casa despendedora un olor a membrillo y leña quemada que daba un abrigo y ayudaba a llevar mi mente a recuerdos de la infancia el aroma arrastrado por la brisa helada de la noche me llegó fresco y limpio, olía a sol y lluvia.
Luego vino aquel calor que me envolvió cuando sentí que me abrazaba y sentí un escalofrió que llegaba hasta los huesos , cerré y abrí los ojos lentamente, parpadeando y enfocando la vista. Lo primero que vio fue el atisbo de un pecho musculoso envuelto en una camiseta negra. Levante la vista y mis ojos recorrieron el camino a través de un cuello largo e igualmente musculoso, la mandíbula partida, labios gruesos semis abiertos, nariz recta, pómulos altos y luego… esos ojos. ¡Dios bendito! nunca había visto unos ojos así, verdes, no, algo entre el verde y el azul, algo entre bosque, mar y jungla, ojos brillantes con motitas doradas que parecían flotar alrededor del iris acentuando el color. Ojos que tenían una expresión salvaje que me atraía como a una polilla a la luz.
Autor. Crispulo Pallero Diaz..
